
El Melado de Papelón: Dulzura con Historia
Descubre cómo el tradicional melado de papelón, directamente de la caña de azúcar venezolana, puede transformar un simple helado de vainilla en una experiencia culinaria extraordinaria.
Lilibeth Sanchez
2/16/20242 min read


En el vasto universo de la gastronomía venezolana, el melado de papelón se erige como una joya culinaria, arraigada en la tradición y el sabor auténtico de nuestra tierra. Este dulce, conocido en otras latitudes como piloncillo, es el alma de la caña de azúcar en su forma más pura: sin refinar y libre de aditivos, ofreciendo un sabor intenso, dulce y acaramelado que captura la esencia misma de Venezuela.
Ingredientes:
350 gr de papelón, picado en recuerdos y tradición.
2 tazas de agua, espejo de nuestras lluvias.
250 gr de azúcar, el dulce susurro de la naturaleza.
Un mix de especias que cuentan historias: 10 clavos de olor y 5 granos de pimienta dulce (guayabita o pimienta gorda).
Preparación:
Combinar los Sabores: En una olla resistente, preferentemente de acero inoxidable o hierro fundido, une el papelón, el azúcar, el agua, y las especias. Esta mezcla inicial es el comienzo de una alquimia que transformará ingredientes simples en un elixir de sabor.
La Cocción: Lleva la olla al fuego y permite que la mezcla hable por sí sola, sin interrumpir, por 23-25 minutos. La clave está en la paciencia; observa cómo el líquido se transforma, espesándose en un melado rico y perfumado.
El Toque Final: Sabrás que el melado está listo cuando, al sumergir una cuchara de madera en la mezcla, se forme una hebra fina y consistente. Este detalle, la cuchara de madera, no es solo un utensilio, sino un puente entre generaciones de cocineros venezolanos.
Servir y Disfrutar: Una vez listo, cuela el melado para asegurarte de que esté suave y libre de impurezas. Sirve caliente como un abrazo sobre helado de vainilla, y observa cómo transforma lo simple en extraordinario.
El sabor del papelón siempre me ha fascinado, evocando recuerdos cálidos de mis visitas a los acogedores restaurantes de Ciudad Bolívar, donde el melado de papelón y su reducción se ofrecían tanto en platos salados como dulces. La primera vez que combiné este melado con helado de vainilla, fue una revelación: la sencillez de un buen producto realmente puede ser deslumbrante.
Estoy convencida de que al añadir el melado de papelón a tus platos, descubrirás ese toque especial que los transforma completamente. Hoy te invito a probarlo con algo tan simple, pero a la vez tan sublime, como el helado de vainilla. La fusión del helado frío y cremoso con el cálido y dulce abrazo del melado de papelón no es solo un deleite para el paladar; es un viaje sensorial a los rincones más dulces de Venezuela, uniendo tradición y sabor en cada bocado.